Wednesday, February 07, 2007

Contaba hace unos días que mi jefe, español, era un tipo indeseable cuyos afanes caciquiles sólo se veían retenidos por la superior a los dos, inglesa.

Puede ser mi experiencia personal completamente distorsionada,o puede ser la casualidad, pero que de todos los jefes que he tenido, hayan sido siempre españoles los detestables, no me ha apartado de esa idea, pero eso no es asunto de esta entrada.

Ayer tuve un punto de inflexión en mi nuevo trabajo. Teniendo en cuenta que llevo menos de un mes, no se puede decir que haya tardado mucho..., pero es que yo soy un tío extremadamente impaciente. Harto de estar presionado todo el día para no hacer nada que no sea estrictamente necesario y estrictamente facturable al cliente en cada asunto, es decir, harto de la ligereza con la que se me estaba ordenando llevar el trabajo, decidí consultar con mi jefa superior si esa era verdaderamente la filosofía del despacho. Si tenía que dedicar el mínimo tiempo posible a cada cliente para poder cobrar mucho, pero sin emplear mucho tiempo... O dicho aún de otra manera: si este despacho era como ese bar que se pone de moda y que justo cuando más dinero hace, decide a ponerse a servir garrafón, a tener menos camareros, a no renovar la música... En definitiva: si íbamos a trabajar "a la española". O, por el contrario, aprovechando el tirón y la buena ventura, íbamos a ofrecer el mejor servicio posible e íbamos a dar un servicio integral, porque para eso somos abogados.

No voy a desarrollar la conversación entera, porque estuvimos hablando como una hora y media, y porque eso es un lugar público, pero básicamente me dijo que adelante, que me daba carta blanca, asumiendo ella la responsabilidad de esta decisión, para que a partir de ahora yo pudiese trabajar mis asuntos como mejor considere, y que dentro de un tiempo veremos lo que ocurre.

La verdad es que me dio un espaldarazo que agradezco y que espero poder devolver. Y la verdad es que en dos días he avanzado más que en tres semanas, porque puedo trabajar cómodo, sin pensar que va a venir un pringao a decirme que eso de "asesorar" es más propio de una "boutique" legal que de un despacho de abogados que pretende facturar.

Yo cuando oigo esa frase, me pregunto: "Pero, ¿tú te crees que la gente es tan gilipollas que no se va a dar cuenta de que les estás cobrando por no hacer nada?". Y, aún más, "¿por qué la gente es tan codiciosa que cuando hace algo bien, y funciona, en lugar de seguir haciéndolo bien, para que todo vaya a mejor, empieza a hacerlo un poquito peor pretendiendo cobrar más por ello?". Pero claro, como dice la Biblia - aunque la verdad es que no he comprobado si la cita es cierta - el número de necios es infinito, y, esto lo añado yo, todos los tontos se creen muy listos.

Así que DE PUTA MADRE, porque me he quitado el peso de encima y las esposas de los tobillos, y estoy seguro que de ahora en adelante mis rendimientos van a aumentar y se van a ver resultados - aún más del ya existente desde que llegué, según me han dicho -.

Os seguiré contando.