Wednesday, January 02, 2008

Hace unos días hubo una manifestación del foro de la familia a favor de "una familia" cristiana. Vaya por delante que siempre salgo en defensa de la cristiandad cuando se le hacen ataques obscenos o hirientes que no tienen como fin más que imponer un presunto laicismo progre o, simplemente, ser el más gracioso de la reunión. Pero una manifestación en defensa de una “familia cristiana” me parece lamentable.
Ese lema está trazando una línea divisoria entre las familias "cristianas" y las demás familias, pretendiendo que las primeras tengan un trato de favor especial porque... oye, es que son cristianas... No estoy de acuerdo con el argumento de repelente niño Vicente que recuerda que la constitución recoge la aconfesionalidad del estado, ya que eso no significa que se trate a todas las religiones por igual, sino a cada una según su circunstancia y peso social. Y es evidente que la cristiandad es mayoritaria en España. Pero estoy francamente en contra de decir que las familias cristianas merecen más que las demás porque ese criterio es salvajemente injusto e integrista. ¿Qué derecho natural tienen los cristianos formados en familia que no tengan los ateos formados en familia, o, a la postre, los homosexuales formado en familia?
Porque en el fondo ese lema no está pensando en las familias musulmanas, o judías, o hinduistas... Lo que está pensando es la ley del matrimonio homosexual. Y no me cabe en la cabeza. Argumentar en contra de ese tipo de ley en nombre del cristianismo es simplemente pretender echar de la Iglesia o de la cristiandad a todas aquellas personas – muchas de ellas creyentes en el dios cristiano – que se sienten atraídas hacia las personas del mismo sexo y que quieren tener hijos. Es como decir que los que viven con sus abuelos o con un padre o madre soltero merecen ir al infierno.
Vamos a dejar de una puñetera vez de criminalizar las tendencias sexuales de gente, y aquí el que esté libre de fantasías que tire la primera piedra. Aún más, el que esté libre de fantasías, si tiene un problema con ello, que se ponga a trabajar en ello y no se dedique a perseguir a los que sí las tienen.
Decía el editorial de Libertad Digital que el liberalismo se había unido al cristianismo porque comparten ideario. Estoy totalmente de acuerdo: pero compartir no es identificarse. Y yo comparto gran parte de la visión de la vida cristiana, pero como soy liberal, me repugna que la gente siga haciendo una profesión de juzgar las tendencias sexuales de los demás.
Y sí, yo también pienso que en la adopción el desprotegido es el menor y no el adoptante. Por eso mismo hay que someter al riguroso examen a todos aquellos que pretendan adoptar: sean de la tendencia sexual que sean. Si la ley no regula esa situación, entonces lo que pasa es que se adopta con engaños perjudicando, en última instancia, al menor.
Con manifestaciones como esas se hace difícil sostener que la Iglesia es destinataria injusta de ataques de ciertos sectores de la sociedad. Lo seguiré haciendo, porque lo creo y porque no creo en la bondad integral de ninguna institución social: ni la Iglesia ni el lobby gay.Pero así no. Así NO.