Recuerdo que al día siguiente de nuestra boda, al despertarme en el hotel al lado del Retiro pensé... "y esto es sólo el principio...".
Puedo asegurar sin miedo a equivocarme que Inés es lo mejor que me ha pasado en la vida y que gracias a ella hoy soy mil veces mejor persona que cuando me encontró. Y me alegra infinitamente pensar que soy consciente de ello, sin necesidad de que suceda un acontecimiento dramático e irrevocable que me lo demuestre.