Wednesday, September 06, 2006

Meif va a tener un hijo...

Meif va a tener un hijo…, o una hija… Ayer me llamó para contármelo y, en los pocos ratos que me he podido parar a pensar algo, me acordaba de una frase genial que le dijo una vez su madre después de hacer alguna de nuestras gamberradas de turno… “sólo te deseo que tengas un hijo como tú para que veas lo que se sufre siendo padre…”. Su madre lo decía en un tono medio jocoso…, pero el deseo suena peligroso… Estoy seguro de que Meif nunca tendrá un hijo como él por dos razones: la primera es que Meif es único…; la segunda es que su hijo…, o hija…, vivirán una época que no tendrá nada que ver con la nuestra, como suele pasar con esas cosas…

Ha cambiado tanto nuestra vida en estos años…; hemos cambiado tanto nosotros… Seguro que si nos hubieran enseñado un minuto de nuestras vidas hoy cuando tirábamos huevos por la ventana de casa de su abuela, nos habríamos asustado mucho más que cuando nos “persiguieron las vacas” o cuando volvíamos tres horas más tarde de nuestras pellas a Torrelodones, después de haber triunfado él y yo haber hecho el pringao…. Seguro que será difícil que su hijo…., o su hija…., se ría tanto como nosotros cuando se ponía el abrigo de su hermana del revés y decía que era un “hasky” (ese abrigo que estuvo de moda hace un trillón de años) aterciopelado… Hoy más que nunca se ha despertado en mí el “Edu” de aparato con el que un verano que nos tocó estudiar “Religión” – que nos había quedado con “Muy Deficiente” – mandé una carta de esas de “cuando recibas esta carta, haz diez copias y verás cumplidos tus deseos…”. Hoy esa carta sería inconcebible…, porque la podríamos haber mandado por e-mail…, y entonces no podríamos haber puesto diferentes letras como si estuvieran escritas por diferentes personas… Fue el verano de las olimpiadas de Barcelona… Un verano que pasamos en un pueblo perdido de Galicia estirando el dinero y el tiempo…; como siempre. Nos pasamos todos los días elaborando la manera de entrar a unas tías… Con el tiempo, él aprendió…, y yo me he casado sin haber aprendido.

Me acuerdo de cuando iba al colegio con el paraguas de “Hello Kity”, y de cuando quería matar al pobre canario de Paloma – su hermana – porque hacía mucho ruido; un pájaro que murió de viejo, afortunadamente, a pesar de varios intentos de asesinato…. Ese canario se llamaba “Picollo” porque a Paloma le encantaba “Bola de Dragón”, que era una serie japonesa de dibujos de peleas.

Me acuerdo de cuando empezó a fumar; el escándalo que nos causó… Y me acuerdo de que era el único amigo con el que podía hablar de sexo, y cómo nos reíamos cuando nos contábamos historias y terminábamos…. “con dolor de huevos”…. después de tanto recordar…

Tendrán que pasar muchos años hasta que haya dormido con Inés tanto como he dormido con Meif… Me he quedado tanto a dormir en su casa que hasta tenía hecho el hueco en el suelo…

Y ahora… todos estos años después…, él es Doctor en Biología, vive en Bélgica con su novia belga y va a ser padre…

Quizá porque Meif es el gran amigo-hermano de mis primeros diecisiete años de vida, o quizá porque eso me recuerda que todo es imparable, hoy me he sentido entre nostálgico y acollonado.