Wednesday, October 18, 2006

Found in London?




Queridos lectores (sabemos que estáis ahí, aunque sean pocos los que dejan comentarios...):

Pido perdón por adelantado por bajar el nivel de las intervenciones... Inés es absolutante genial en sus entradas: no sólo pone la música adecuada - como buena DJ Pompis -, sino que además pasa de lo serio a lo divertido de una forma que es... "lo más"....

Yo - lo voy notando - me he ido volviendo más gris con la edad... Ya me lo decía una vez Meif (el que va a tener un hijo..., o una hija...) cuando fui a verle a Gante: voy perdiendo mis cualidades sociales de una forma despiadada. Así que voy a hacer una entrada semipolítica para aquello de que el "Lost in London" no me convierta en el único encontrado de este blog, aun a riesgo de resultar un "pelín" aburrido.

Cuentan que durante el terremoto de Guatemala del año 1976, acudió a la zona la ayuda médica internacional de diferentes paises. Acudieron los estadounidenses, los ingleses, los franceses...y los españoles... Los primeros tenían un equipo de intervenciones quirúrjicas ultramoderno y los segundos - nosotros - tenían tan sólo un equipo de campaña: su tienda, sus cirujanos y una camilla. Al final, los que más operaciones llevaron a cabo fueron los españoles - siempre según mi fuente, claro - ya que fueron los únicos prácticos: como no había suministro eléctrico, todos los equipos resultaban inútiles.

Es verdad, yo tampoco me creo mucho la historia, pero me sirve para introducir lo que yo creo que somos los españoles en el mundo y, en gran medida, los "guiris". Los españoles ante una situación, dejando a salvo determinados radicalismos, solemos reaccionar de una forma flexible. En un trabajo nos vemos haciendo muchas más funciones de las determinadas en el contrato. Por propia experiencia, en mi último trabajo hice mudanzas, sustituía a la secretaria, a la recepcionista, al director del despacho, a mis compañeros y a mí mismo...; mis compañeros hacían lo propio... Aquí, con una empresa española, más todavía: aquí llevo la contabilidad, contesto las llamadas, recibo a los clientes, dirijo el despacho, hago mudanzas, me voy de copas con los clientes y lo que es más fuerte de todo, asesoro en fiscalidad de Bulgaria y Marruecos... Todo ello forma parte de mi trabajo aunque, desde luego, yo nunca sabía que venía todo eso al coger el trabajo.

Los "guiris" son diferentes a nosotros. Como me decía mi amiga Isabel - la que trabaja para Don Emilio - cuando llega la hora de salir, un inglés se va a casa como si fuera un buldozer: hacia adelante y sin darse la vuelta.

Ya contaba Inés mis problemas con los trenes, la mensajería, la hostelería... Una situación típica: voy al banco, la tarjeta no me funciona, así que me hago una cola tremenda para preguntar por qué y el que me atiende, o me cancela la tarjeta y me pide una nueva, o me pide un nuevo PIN y no me da explicaciones. ¿Pereza, flema inglesa, pragmatismo inglés? En la ventanilla de venta de la estación de tren te dicen que ellos no tienen nada que ver con el servicio telefónico de venta de la misma compañía y que no piensan llamar para comprobar mi número de referencia telefónico.

Esa es la ventaja de los españoles frente a los demás. Como somos más flexibles, podemos hacer que las cosas funcionen. Pero claro, el español se encuentra fuera de si en una jerarquía y eso de tener alguien por encima de él es algo que lleva muy mal. En seguida tenemos una idea mejor de cómo deberían llevarse las cosas.

En este último viaje al extranjero he aprendido dos cosas: que tengo que volver y que me tengo que montar mi propia empresa ;).

Ahora, ¿sentido crítico? Estos no saben lo que es eso. Cuando llamas para reclamar te dicen: ¿quieres volver a encargarlo? Y tú: "No, me basta con que me des una explicación...". Y hasta que consigues que alguien te explique qué ha pasado, te ves envuelto en llamadas, en ir una y otra vez al sitio oportuno, en mandar e-mails... Yo sólo he conseguido que se hayan disculpado dos veces. El resto de las ocasiones he tenido que desistir.

Decía la madre de Inés que eso nos pasaba porque nos habíamos venido a un mundo en el que teníamos que montarlo todo, al contrario de lo que nos pasaba en Madrid. La verdad es que yo quise creerlo porque entonces sería cuestión de tiempo, pero no..., esto es una forma de vida. En Madrid he tenido que enfrentarme a muchas situaciones nuevas; en Dublín también; Londres es distinto.

Aquí te pide prueba de domicilio (una factura) hasta un banco español con el que he hablado esta mañana.

Londres no podrá con nosotros, seguro. De hecho, al final: he optado por abrirme otra cuenta en otro banco, tengo el Pasaporte que se quedaron en un Hotel - aunque pisoteado, sigue siendo válido -, en DHL me han pedido disculpas, en Virgin Trains me han dicho que me devolverán el dinero y conseguí establecer el desvío de llamadas tribanda que tenía que crear. Todavía tengo frentes abiertos, claro. Pero también hay lugar para la esperanza: el otro día en el videoclub reconocieron como documento válido nuestro DNI!!!! Y lo que es más milagroso: no nos pidieron una prueba de domicilio... A Inés se le saltaban las lágrimas; no me extraña.