Friday, December 01, 2006

London thus far

En estos meses londinenses, y en estos meses al frente y en solitario en el despacho londinense de mi Despacho, he aprendido que uno tiene que saber posicionarse en el mundo para que los demás le respeten y he aprendido que la colocación de uno mismo no sólo consiste en conocerse, valorarse y defenderse, sino en saber dónde están los demás.

Últimamente he tenido muchos disgustos en el trabajo. He llegado casi todos los días a casa odiando a todos mis compañeros en la distancia y he ido por las mañanas con un nerviosismo que me quitaba el hambre hasta volver a casa... Y hoy me he dado cuenta de que al menos una tercera parte de todo esa situación ha sido culpa mía.

Yo siempre me he llevado mejor con la autoridad que con los súbditos. No creo haber sido un pelotari, sólo un tío muy sistematizado. Puedo ser muy flexible, pero me gusta saber cuál es el marco de juego y me quema muchísimo que se juegue fuera del campo. Eso a la autoridad le encanta. Si encima soy un tío majo, mejor que mejor. Por eso mis profes y mis jefes (los padres son distintos en este aspecto, claro) han estado encantados con mi carácter.

Pero con el tiempo he ido viendo que en cada uno de los trabajos en los que he estado, siempre había una parte de mis compañeros que o me odiaban, o no les caía bien, o les detestaba. También me pasaba como estudiante, claro. Cuando era delegado de clase recuerdo a unos cuantos pensando - no sin razón - que era un imbécil.

En el último trabajo que tuve, hubo dos personas - al menos - que se alegraron de perderme de vista; al menos como compañero... En este trabajo en el que estoy ahora, como mis colegas están en la distancia, no puedo compensar mi carácter profesional con mi carácter personal, así que las reacciones que genero las veo en estado puro. Y las reacciones más visibles son las de guerra abierta. No sería justo conmigo ni con mis compis si dijera que también los hay encantadores, gente de putísima madre que te hacen la vida más fácil. Pero lo principal ahora, lo que más me ha hecho reflexionar, es que tengo que tratar a la gente de otra manera en el ámbito profesional, porque si no, no sólo no consigo que las cosas funcionen, sino que además consigo que la gente se ponga en mi contra.

Así que en mi proyecto anual está que si al final me quedo en este sitio en el que estoy (el miércoles tengo una entrevista en otro Despacho...), tengo que intentar lidiar mejor con la gente.