Saturday, May 03, 2008

Últimamente he visto dos pelis de Will Smith que me han emocionado totalmente.

Una es "The Pursuit of Happyness" y la otra "I´m a Legend" (no sé cómo se titularán en España). Si alguien tiene intención de ver las pelis y no quiere que se las destripe, lo mejor es que deje de leer.

En la primera, Will Smith es un pobre hombre arruinado en medio de la crisis del petróleo de principios de los 70. El tipo intenta salir adelante como puede. Es un poco "basura blanca", si no fuera porque es negro... El caso es que el tipo acaba saliendo adelante, por él y por su hijo, como "trader" de acciones y se hace millonario. La peli es un poco "sueño americano", pero es súper bonita.

La otra es un poco como "20 days". Infección que destruye el mundo y que deja la población humana mermada... Pero tiene un algo que la hace súper original. La relación del prota con el mundo, y especialmente con su perro, cómo sigue adelante cuando lo ha perdido absolutamente todo, la desesperación y finalmente el sacrificio de su propia vida.

Las dos pelis tienen en común la esperanza en la desesperación. La lucha por salir adelante. El personaje de Pursuit of Happyness acaba por dormir en un albergue para vagabundos porque durante el día se dedica a trabajar gratis para aprender un trabajo. El personaje de "I´m a legend" trabaja para encontrar una cura a una enfermedad aun creyendo estar sólo en el mundo. Es decir, se dedica a causas imposibles o, mejor dicho, que cualquiera vería como imposibles. En la primera, su mejor amigo es su hijo. En la segunda, su perro.

De las dos, mi preferida es la segunda. Es la más imposible, claro está. No se explica cómo se puede mantener el sumistro de energía cuando no hay nadie trabajando para mantenerla. Eso entre otras cosas imposibles. Pero, pasando esos detalles por alto, es mucho más humana. El tipo tiene montados unos maniquíes en distintos lugares de la ciudad a los que habla esperando una respuesta. Y la relación que tiene con su perro también es súper cercana. En medio de la extinción de la humanidad, tiene que ser prácticamente imposible mantener la cordura (o las ganas de vivir) si no es sujetándose a una rutina y a un objetivo.