Wednesday, February 11, 2009

Hay quien dice que cada sociedad tiene a los políticos que se merece. Si bien en una dictadura es difícil estar de acuerdo, en una democracia es difícil discrepar.

En España tenemos unos políticos que, salvo excepciones, no se los regalaría ni a mi peor enemigo. Y no hablo de un solo partido, sino en general de los políticos.

El otro día leía en el periódico que el Ministro de Economía de Alemania iba a dimitir porque se le había desautorizado por parte de otros miembros del gabinete. Y yo pensé... ¡Eso es una democracia avanzada! Como el fútbol. Al entrenador al que, en contra de su criterio, le han vendido o comprado un jugador, se va porque ha sido desautorizado.

En España los políticos saben que todas las crisis pasan, que lo único hay que hacer es aguantar el chaparrón y esperar a que surja un nuevo escándalo. En el fondo, los periódicos tienen que hablar de algo todos los días y hoy le toca a uno y al día siguiente al otro. Y entre tanto, se siguen turnando el momento de vergüenza torera como el que se pasa el revólver en la ruleta rusa.

¿Se merece estos políticos tan lamentables España? Pues a lo mejor sí. Porque España ha asistido impasible ante las atrocidades de estos tíos que han ido dando una vuelta de tuerca más, una tirada de la cuerda más, hasta hacer de España uno de esos “PIGS” (Portugal, Italia, Grecia y España) de los que habla la Comisión de Europa.
Las crisis son la oportunidad de reconstruir lo destruido de mejor forma. Es el momento de reforzar aquello que estaba débil, de reemplazar lo que estaba corrupto. Ahora es el momento para dejar en el paro a todos los Zapateros, Rajoys, Sáez de Santamarías, Pepe Blancos y demás. Lamentablemente tengo la impresión de que en lugar de verse reemplazados, van a verse reforzados.