Sunday, June 14, 2009

Estaba pensando ayer en lo terrible que debe ser vivir bajo la autoridad despótica de alguien en una familia. La sensación de estar sujeto al arbitrio de alguien que ejercer su autoridad con absoluta tiranía y no saber cuándo terminará.

La casa de uno tiene que ser ese lugar en donde se encuentra protección, no en donde se sufre abuso. E incluyo en esa categoría de víctima doméstica a cualquier animal, por supuesto. Los animales, además, tienen la circunstancia de que pase el tiempo que pase, nunca podrán defenderse del ataque; siempre son la parte que sale perdiendo.

Hay una teoría bastante progre que defiende que los hijos donde están mejor es con sus padres; eso aunque los padres sean unos incompetentes (en el mejor de los casos) o unos salvajes (en el peor). Si los padres dan muestras de que se puede "trabajar con ellos", entonces dejan al hijo con los padres.

Con los animales, aún más. Como se les considera una propiedad, es prácticamente imposible quitarle a una persona su animal.

Y así, los que tienen el deber de proteger a los que no pueden defenderse, se convierten en propiciatorios del abuso.